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Actividades ecológicas
y contacto con la naturaleza
RESIDUOS
Eliminación de residuos sólidos - 1ª parte
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os residuos sólidos tienen su origen en diferentes actividades, la mayor parte se generan en los domicilios particulares de las grandes urbes, pero también en la industria, construcción, actividades agrarias, etc. En realidad, cualquier objeto no útil resultante de la fabricación, utilización o transformación de un bien de consumo que no se encuentre en estado líquido o gaseoso es un residuo sólido.
Básicamente se distinguen cuatro tipos de residuos sólidos: domésticos, comerciales, industriales y agrícolas. Los domésticos y comerciales son en su mayoría materias orgánicas tanto combustibles como incombustibles, tales como restos de alimentos, papel, cartón, tejidos, maderas, vidrio, metales, cerámicas, etc. Los residuos industriales proceden generalmente de combustibles sólidos, productos químicos y demoliciones. Por su parte, los residuos agrícolas son en su mayoría materias orgánicas como estiércoles, purines y restos de cosechas.

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La industria es una de las fuentes generadoras de residuos sólidos
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El problema de los residuos sólidos se plantea siempre en el momento de decidir como eliminarlos. Aquellos que tienen un origen orgánico siempre pueden ser reutilizables o reciclables, pero existen muchos otros que presentan serias dificultades para convertirlos en elementos inocuos para la salud o la asimilación por las cadenas tróficas. Un ejemplo lo hallamos en aquellas sustancias radiactivas, tóxicas o inflamables; todas ellas son materias peligrosas que o bien es imposible o resulta caro su reaprovechamiento, o bien se ignoran por su escaso valor, terminando finalmente en vertederos y creando graves inconvenientes medioambientales, como la contaminación de acuíferos del subsuelo o proliferación de plagas de insectos y roedores, además de suponer un foco de olores desagradables e incómodos para las personas.
Los métodos de eliminación o transformación |
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El método más utilizado para la eliminación de residuos sólidos es el vertedero controlado. Los que no son acumulados se incineran, y sólo una pequeña parte terminan convertidos en abonos o fertilizantes orgánicos.
Verter los residuos sólidos en lugares controlados es la forma más económica de eliminarlos. La elección de los vertederos debe realizarse adecuadamente de forma que no se produzca contaminación ambiental, sea en la superficie o los acuíferos subterráneos. Los suelos que se vayan a dedicar a vertedero deben poseer poca capacidad de filtración, estar alejados de manantiales fluyentes o subterráneos, y no ser susceptibles de inundación tanto por aguas fluviales como pluviales. Además, las labores de acondicionamiento de los suelos deben enfocarse a evitar que las zonas más altas drenen hacia el vertedero, por ejemplo mediante desvío o canalización hacia otras superficies más bajas. Tras las labores de acondicionamiento perimetral, se habilita el suelo del vertedero mediante el allanamiento y excavado de zanjas. En ella se depositan los residuos en forma de capas de una altura aproximada de 3 metros cada una. Cada capa se cubre con tierra y se prensa con máquinas.

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La elección de los vertederos debe realizarse adecuadamente de forma que no se produzca contaminación ambiental, sea en la superficie o los acuíferos subterráneos
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Dado que los residuos están expuestos a la denominada descomposición anaeróbica (en ausencia de aire) se genera gas metano, resultado de la fermentación llevada a cabo por los anaerobios como las bacterias y levaduras. Las concentraciones excesivas de gas metano pueden producir explosiones, motivo por el cual debe elegirse para el vertedero un lugar suficientemente ventilado. En algunos países existen instalaciones que aprovechan estos gases como fuente de energía para otros usos.
La incineración es otro método de eliminación de residuos sólidos, pero que resulta impopular porque en la combustión de determinadas materias se generan sustancias contaminantes muy peligrosas. Por ello, las plantas incineradoras deben observar unas prescripciones muy estrictas en su funcionamiento.

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Las sustancias emitidas a la atmósfera en una incineración convencional son generalmente dióxido de carbono, óxidos de azufre y nitrógeno, entre otras materias gaseosas
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Los residuos que entran en una planta incineradora se tratan con sistemas térmicos con mayor o menor rigidez dependiendo del producto. Por ejemplo, en el caso de los cianuros sólidos y otros residuos tóxicos y peligrosos, se utilizan cámaras de combustión a temperaturas de unos 900 grados centígrados, y de postcombustión que superan los 1000 grados, además de sistemas de lavado de gases. Aunque la incineración de sólidos domésticos y sanitarios produce sustancias contaminantes, en realidad los más peligrosos son los residuos tóxicos procedentes de la industria, que producen a su vez nuevas sustancias contaminantes y peligrosas, tales como ácidos, dioxinas y metales pesados. Las sustancias emitidas a la atmósfera en una incineración convencional son generalmente dióxido de carbono, óxidos de azufre y nitrógeno, entre otras otras materias gaseosas. La incineración también produce residuos sólidos incombustibles y otras partículas y cenizas volátiles, que deben ser controladas mediante filtros y sistemas de lavado de gases.
Gran cantidad de la energía disipada en la incineración de residuos sólidos puede ser recuperada. Mediante la instalación de incineradoras con recuperación de energía se consigue reducir los costos económicos y energéticos, pues una parte de la energía consumida es devuelta para el consumo en forma de electricidad o calefacción. En estos sistemas se utilizan procesos de combustión o pirolisis; en uno se hace circular agua por tubos que están situados dentro de la cámara de combustión, y que al calentarse genera vapor; el otro aprovecha las corrientes de gases que se producen en la descomposición química por el calor de los residuos, cuando son sometidos a una atmósfera de escaso oxígeno.
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Actividades ecológicas
y contacto con la naturaleza
RESIDUOS
Eliminación de residuos sólidos - 2ª parte
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Los métodos de eliminación o transformación (continuación)
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Elaboración de abonos y fertilizantes
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os residuos sólidos consistentes en materias orgánicas, pueden ser aprovechados para componer abonos o fertilizantes de gran calidad.
Las plantas elaboradoras clasifican primero las materias, separando las que no son susceptibles de degradación anaeróbica. El resto se introduce en digestores (cámaras ausentes de oxígeno) y mediante una descomposición que dura aproximadamente un mes se forma humus, que contiene principalmente nitrógeno, fósforo y potasio. El humus puede ser utilizado en la agricultura como un elemento simple, o añadido a otros productos para la preparación de suelos fértiles.
El reciclado es el método de transformación de residuos sólidos más ecológico y respetuoso con el medio ambiente. Existen diversas formas de recuperar los materiales reciclables, dependiendo de que se traten de metales, tejidos, cristal, restos orgánicos, etc. Cuando los materiales no han sido previamente clasificados en origen es necesario proceder a la separación. Normalmente los materiales pesados se separan de los más ligeros por cribado, decantado o centrifugado. La mayoría de los metales se separan mediante sistemas magnéticos.

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El reciclado es el método de eliminación de residuos sólidos más ecológico y respetuoso con el medio ambiente
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Los materiales ligeros como textiles, papel o cartón, se envían a sistemas de reciclado. Por su parte, el vidrio es altamente reutilizable, hasta 50 veces pueden ser reciclados y reutilizados los envases construidos con este material. En cuanto a las materias orgánicas, éstas se mezclan con agua y se convierten en pulpa. Finalmente, los residuos que no tienen ninguna utilidad son incinerados o depositados en vertederos controlados.
Para que las labores de reciclado sean eficaces deben separarse los materiales en origen. En muchos municipios se disponen de contenedores especiales para cada elemento, y son los consumidores los encargados de separar los residuos en los propios hogares antes de depositarlos en los contenedores. Generalmente se clasifican los residuos en cristal, papel o cartón, y materia orgánica. Algunas materiales que no admiten reciclaje pero que son peligrosos también deben ser separados, ejemplo de las pilas de mercurio o las baterías eléctricas. Si estas labores se realizan con responsabilidad estaremos ahorrando mucha energía a las plantas incineradoras, la acumulación de residuos en los vertederos y gran cantidad de gases contaminantes emitidos a la atmósfera.
Tratamiento de los residuos tóxicos y peligrosos
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Muchos residuos tóxicos y peligrosos no se eliminan, siendo abandonados en vertederos o introducidos en contenedores para ser enterrados o hundidos en en el mar. Residuos extremadamente peligrosos son los que proceden de la fisión nuclear. Una exposición prolongada a sustancias radiactivas daña los organismos vivos. Además, estas sustancias mantienen la potencia radiactiva durante cientos de años, lo que supone un grave contratiempo de almacenamiento. Como no se pueden eliminar, se introducen en contenedores especiales o silos de hormigón, también en pozos profundos de formaciones geológicas estables, o en fosas marinas. Cualquier método de almacenamiento de las materias radiactivas es poco fiable en el tiempo.

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Muchos productos farmacéuticos y químicos son potencialmente tóxicos y peligrosos si son abandonados sin control
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Otras materias no conservan su potencial dañino a largo plazo, pero su grado de toxicidad les hace igualmente peligrosas si son abandonadas sin control. Ejemplo de ello son los productos farmacéuticos y químicos (medicamentos, productos fitosanitarios, insecticidas, herbicidas, cianuros...); los procedentes de la minería (metales pesados); otras industrias (siderúrgica, papelera, etc.). Estas materias pueden recuperarse en un pequeño porcentaje, pero en su mayoría suelen ser incinerados, tratados mediante procesos físico-químicos, o depositados en contenedores de seguridad.
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